Shangai, también conocida como la perla del oriente, es la ciudad más grade de China y también el centro económico de Asia. El que ya haya estado en Shangai sabe que su modernidad no tiene nada que envidiar a ciudades como Neva York. Su importancia creció a partir del 1843, después de la guerra del opio, cuando se decidió mover el centro del comercio internacional de Guangzhou a Shangai. La llegada de los inversores extranjeros, de las concesiones y de los bancos, ha transformado un pueblo pesquero en una de las megalópolis más influyentes del Extremo Oriente. A pesar de que Shangai permanece profundamente ligada a si historia de más de 3000 años, la ciudad hoy día parece sacada de una película de ciencia ficción donde la modernidad y la globalización han tomado el protagonismo. Shangai está dividida en 17 distritos y una provincia, todos con una identidad bien definida. Hay numerosas casas de lujo en las viejas concesiones extrajeras en Xuhui, Hongkou, Jing’an, Changning y Waitan. Aquí se encuentran numerosos edificios de estilo barroco, gótico y del renacimiento a lo largo del río Huangpu; al otro lado, el nuevo distrito de Pudong es símbolo de la opulencia y de la tecnología más avanzada. Los compradores extranjeros que deseen alquilar o comprar una cada de lujo en Shangai no deben temer la barrera del idioma, ya que aquí se habla ingles sin ningún problema. Se quedarán gratamente sorprendidos por la eficacia de los medios de transporte públicos: se necesitan solamente 30 minutos para conectar el rascacielos de Shangai World Financial Center de 101 plantas a las prestigiosas casas de la ex concesión francesa. Por último, son de obligada visita los encantadores pueblitos entorno a Shangai, como Zhouzhuang o Wuzhen: se necesita solo un momento para llegar con el tren “maglev”, que circula a 431 km por hora.